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Independencia Tecnológica

  • Javier López Casarín
  • 24 sept 2019
  • 3 Min. de lectura


Seguramente recuerdan el primer día de alguno de sus trabajos anteriores en donde la bienvenida venía acompañada de una laptop, seguramente Dell, HP o IBM; seguramente de color negro, tosca, algún dispositivo de acceso de seguridad como los antiguos tokens bancarios, aparte de nuestras plumas y mercancía brandeada por la compañía. También recordarán que a partir de ahí, la curva de aprendizaje fue muy alta. Teníamos que aprender a usar la computadora específica, con el sistema operativo específico y con aplicaciones que nunca antes habíamos visto y que solo funcionaban para esa compañía. Esto se debía, a que los entornos corporativos utilizaban tecnología propietaria para minimizar las brechas de seguridad y facilitar el trabajo de la áreas tecnológicas, muy a pesar del sacrificio que esto significaba para los usuarios y la productividad en general de la empresa.


Así que también existe, sin grito, sin celebración y con una historia poca conocida. La independencia tecnológica es un paso importante de la innovación en las tics. Este término se refiere al hecho de separar el uso de tecnologías específicas para el entorno corporativo, educativo y de desarrollo. Es decir los servicios ofrecidos en la compañía, universidad, etc. que operan en una variedad importante de plataformas tecnológicas, tanto en Hardware como en Software.


En el ambiente corporativo y educativo, este término es mejor conocido como BYOD (Bring your own device), y se refiere a que el estudiante o empleado puede usar cualquier dispositivo (PC, Chromebook, Tablet, Smartphone) y sistema operativo (Linux, IOS, Windows, Java, etc) par acceder a los servicios, ya que en la actualidad fundamentalmente son accesados siempre en la nube y siempre y cuando se tenga un navegador de internet compatible (Safari, Chrome, Explorer, Firefox, etc).


BYOD, es una estrategia que brinda a las empresas e instituciones educativas grandes beneficios de productividad, ahorro de costos y satisfacción del empleados. Análisis muestran que el proceso de adopción de un empleado de un sistema operativo a otro, que usualmente significa diferente hardware, es un proceso largo y estresante para el usuario que solo en algunos casos termina siendo 100% satisfactorio. Por lo que permitir que el empleado o el estudiante use el dispositivo de su elección y trabaje en el sistema operativo de preferencia, no solo minimiza el estrés sino incrementa la productividad al minimizar de forma dramática la curva de aprendizaje. Por último existe un gran beneficio del lado del prestador de servicios que es el ahorro de coste en hardware, aunque en muchos casos este resulta un poco “imaginario” ya que simultáneamente se convierte en gastos extra en Seguridad informática debido a la diversidad de dispositivos y brechas de riesgo que estos traen a la mezcla informática del prestador de servicios.


Por otro lado la independencia tecnológica también existe del lado aplicativo. Es decir, la separación de la capa de usuario del backend, conectada a través de servidores de aplicaciones y middleware. Esto brinda una gran libertad de desarrollo, separación de la tecnología base y posibilita que múltiples dispositivos y sistemas operativos puedan ser usados por empleados, estudiantes y usuarios en general.


Los primeros pasos de la humanidad en el espacio fueron el resultado de la guerra fría entre EEUU y Rusia. Por mucho tiempo el espacio fue una de las muchas áreas de competencia entre ellos. En la actualidad países de todos lados del mundo participan en el programa espacial persiguiendo avances tecnológicos en conjunto, en donde la parte clave para la colaboración en el avance es la independencia tecnológica. Imaginen más de 15 idiomas diferentes y más de 3500 proveedores de tecnología trabajando en un sin fin de proyectos en torno a estación espacial. Suena extremadamente complejo y difícilmente concebible sin un programa orquestado de independencia tecnológica. Después de la guerra fría y principalmente en la última década distintos países de América han podido crear esfuerzos de colaboración relevantes para el proyecto.


Sin duda la independencia tecnológica en cualquiera de sus versiones y sabores es un gran paso en el proceso innovativo de las TIC´s. Lamentablemente en nuestro país seguimos viendo compañías e instituciones gubernamentales haciendo grandes negociaciones de la vieja usanza con proveedores exclusivos de hardware y tecnologías “propietarias” que imposibilitan su crecimiento y adopción en este nuevo entorno de colaboración y crecimiento independiente de tecnología específica.

 
 
 

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