Nuestra manera de cosechar alimentos es insostenible.
- 29 oct 2019
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10 mil millones de personas para 2050
El ser humano ha estado en la Tierra cerca de dos millones de años. Durante casi todo ese tiempo, vivió de la caza y la recolección de alimentos, sólo en los últimos 10 mil años ha cosechado su alimento y trabajado con un ganado. Fueron esas actividades decisivas las que dieron comienzo a lo que conocemos como civilización, cultura e historia en general. Nuestras ciudades existen porque la gente fue capaz de quedarse en un sitio, cosechar sus alimentos y expandirse.
Durante 10 mil años las cosas han cambiado en muchos aspectos. Como humanidad llegamos a cada rincón del planeta, alejándonos para después reencontrarnos a través de gigantescas redes comerciales, mismas que hoy sirven para que cualquier producto que cultivemos, pueda llegar al otro lado del mundo si es necesario, pero con eso han surgido problemas que hoy enfrentamos en una crisis climática sin precedentes.
Una nueva forma de comer
Los avances tecnológicos que vienen parecen ser la respuesta a esta crisis. Hoy la humanidad está haciendo lo imposible por darle alimento a 7.5 mil millones de personas y, aunque las prácticas agrícolas continúan teniendo limitantes, existen nuevas propuestas como la impresión de alimentos en tercera dimensión, la agricultura vertical y la generación de carne in vitro, mismas que pueden llevarnos a una verdadera estabilidad global.

La carne del futuro
Hace poco, la creación de alimentos animales creados artificialmente, como una hamburguesa de res cultivada por células satelitales de tejido muscular bovino, era cuestión de ciencia ficción. Cuando se logró el cometido, cosechando cada fibra muscular de manera individual, el precio de la elaboración fue de un millón de euros. Pero para finales de la próxima década, se estima que la carne sintética creada en laboratorio sea más barata, saludable y accesible que la carne animal.
Empresas como Redefine Meat, de Israel, están buscando la manera de hacer estos productos viables para la producción masiva. La empresa considera que la industria de la carne es la más ineficaz del planeta, pues los mil millones de animales para ganado –y el número va en crecimiento con la tendencia de países como China, India y Brasil a comer más carne– consumen más agua que todos los humanos del planeta, generan más de una décima parte de la contaminación ambiental, comen suficiente para alimentar a la humanidad entera y ocupan tanto espacio que han generado graves problemas ambientales. Esta empresa usa impresoras 3D para usar grasa, agua y tres proteínas extraídas de distintas plantas y crear una fibra carnosa que simula la textura y el sabor de la carne real.
Se trata de una tendencia que no sólo busca beneficiar al medio ambiente, después de la inversión, es altamente redituable. Se estima que en 10 años se trate de una industria que genere 140 mil millones de dólares al año, abarcando casi la totalidad del mercado ganadero.
Hay quienes van más allá y no sólo están creando carne sintética, están buscando ofrecer alimentos personalizados para cada persona. Anrich3D busca usar los registros médicos, el big data y el Internet de las cosas para comprender qué es lo que cada persona necesita y a partir de eso producir carne u otros alimentos con los nutrientes específicos para mejorar la salud individual. Su meta es que en unos años, cualquiera pueda tener un “mix” de componentes listos para generar el alimento que su dieta requiere.

La agricultura vertical
La carne no es el único problema. Con un estimado de 10 mil millones de personas para 2050, nuestra manera de cosechar alimentos es insostenible. No hay espacio ni agua para producir alimentos para tantas personas, pero a través de la agricultura vertical, puede que tengamos la capacidad de –finalmente– erradicar el hambre en el mundo. Este nuevo tipo de agricultura usa los últimos avances tecnológicos, inteligencia artificial, machine learning y más para generar huertos urbanos y verticales, que utilizan 99 % menos agua que los huertos tradicionales y contienen muchos más nutrientes y por lo tanto sabor –se estima que los alimentos cosechados que pasan mucho tiempo fuera de la tierra antes de ser consumidos, pierden hasta 45 % de sus nutrientes.
Además, este nuevo proceso permite que donde antes crecía un producto, ahora existan 20 con muchos menos recursos necesarios, y mientras gran parte del trabajo es a partir del esfuerzo humano, esta industria también está por explotar, pues a través de la automatización, en poco tiempo puede que sea un negocio que necesite poca inversión para generar grandes ganancias.

El futuro de la humanidad
Actualmente un cuarto del territorio global se utiliza para mantener el ganado. Cuando este se vuelva innecesario, reforestar será la opción prioritaria de un planeta que necesita bosques urgentemente para ayudar a detener el calentamiento global. La cuestión ética que ha sido parte del consumo de carne desde hace siglos quizá llegaría a su fin, la hambruna disminuiría aún más gracias a los bajos costos para producir todo tipo de alimentos, mismos que serían creados in situ y no transportados desde miles de kilómetros, perdiendo nutrientes y generando emisiones de carbono innecesarias.
Los discursos fatalistas siempre llaman más la atención, pero a través del correcto uso de la tecnología, el futuro es más verde de lo que imaginamos. Nos encontramos en tiempos realmente fascinantes, donde es cuestión de tomar las decisiones adecuadas, invertir en los proyectos correctos y dejar que esa pequeña bola de nieve que salga de ahí, ruede hasta convertirse en una avalancha que traiga cambios inimaginables en este momento, pero que finalmente nos demuestre que el mundo con el que soñamos sí existe y está al alcance de nuestra mano.
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